En un artículo anterior, hacíamos un breve acercamiento a la historia de la cerveza en general y de la cerveza extremeña en concreto. Dábamos al post categoría de primera parte, pues bien merecería una segunda parte, un artículo propio, la historia reciente que aborde el auge actual de las cervezas extremeñas. Así, en este post con el pretencioso título de "Breve Atlas" radiografiaremos el interesante panorama cervecero extremeño.
El fenómeno se engloba en el impresionante ascenso de las
pequeñas cervecerías que está teniendo lugar en todo el mundo y que a nivel
mundial ya se produjo hace años en Italia o Estados Unidos. Tan repentino ha
sido dicho auge que estamos hablando de un sector que hace una década
sencillamente no existía en España y hace cinco no existía en Extremadura.
Actualmente existen once marcas comerciales de cerveza extremeña en el mercado
y, dado que el fenómeno por el momento no da señales de remitir, es más que
previsible que en un futuro no muy lejano este número se vea incrementado.
Los cerveceros artesanos extremeños a los que vamos a hacer
referencia se caracterizan por el amor a su trabajo, su entusiasmo, su ilusión,
su voluntad y su respeto a las premisas de calidad que se espera de unos
productos excepcionales. También tienen todos la característica común de
haberse acercado al mundo de la cerveza por iniciativa propia, pues al tratarse
de un sector flamante, no existen casos de proyectos heredados o tradiciones
familiares.
Pero a pesar de poseer estas características comunes, se
trata de proyectos muy distintos con filosofías de negocio muy diferentes en
algunos casos y que surgen de planteamientos empresariales y vitales dispares.
Ello es una buena noticia para los, cada vez más, amantes de la buena cerveza,
ante los que se abre un mundo de diversidad en un mundo en el que lo
estandarizado decae. En un cambio lento pero persistente, en el que cada vez se
aprecian más los productos locales, diferentes y saludables, resulta
tremendamente enriquecedor que tantos profesionales se acerquen a un mismo
producto desde perspectivas tan distintas.
Volviendo a la historia de la cerveza extremeña donde la
habíamos dejado, desde que a finales de los ochenta cerraron sus puertas las últimas
pequeñas fábricas, no se había vuelto a fabricar esta bebida en suelo
extremeño. Pero algunos signos parecían augurar que las cosas iban a cambiar
radicalmente. Uno de ellos fue la paulatina llegada de nuevas cervezas de
importación e incluso de algunas artesanales de otras regiones que denotaba un
creciente interés de los consumidores por la cultura cervecera. A ello habría
que unirle la aparición del fenómeno de los cerveceros caseros, que además de
consolidar ese interés por el mundo de la cerveza, hizo – y hace- descubrir a muchas personas que la posibilidad
de producir cerveza no es algo vetado sólo para grandes empresas con complejos
procesos industriales. De hecho, la mayoría de pequeños cerveceros que elaboran
actualmente su producto de forma artesanal, iniciaron su andadura elaborando a
escala doméstica.
Así las cosas, y dada la proliferación de microcervecerías que se daba en otras latitudes, era sólo cuestión de tiempo que el fenómeno arribase a Extremadura.
Así las cosas, y dada la proliferación de microcervecerías que se daba en otras latitudes, era sólo cuestión de tiempo que el fenómeno arribase a Extremadura.
A finales de 2011, podemos considerar que se da el pistoletazo de salida y arranca en Badajoz el proyecto de Quercus, que posteriormente pasaría a llamarse Ballut (Bellota en árabe). En él andaban embarcados tres empresarios (Pablo Blázquez, Juan Manuel Zapata y Pablo Muñoz) que elaboraban una cerveza con miel de Fuenlabrada de los Montes como ingrediente distintivo. Posteriormente, en 2014, abre sus puertas su propia fábrica, diseñada por los maestros cerveceros David Castro (de cerveza Cibeles) y Boris de Mesones, con un volumen de producción de 60.000 litros anuales. Actualmente tienen en el mercado la Ballut (Blonde Ale), la Zaína (Porter), la Jacha (Brow Ale con higo) y la Terapia (IPA en colaboración con Boris de Mesones).
En
Villanueva del Fresno y formando parte de esta primera hornada de
pioneros cerveceros, en abril de 2012, tras varios años elaborando cerveza a
escala doméstica, salieron al mercado los
amigos de Cerveza Jara. Esta empresa
familiar (Vaqueros Beer), que dio a sus cervezas el nombre de la emblemática
planta de la región, tiene actualmente tres estilos cerveza en el mercado, con
nombres y sabores muy autóctonos: La Jara Ibérica (Lager), la Senara (American Pale Ale), la
Carbonera (Porter) y la Blend&Jar que son comercializados en varios
formatos de botella y en barril.
Esta vez en otra Villanueva, en la de la Serena, en junio de 2013, José Severiano –Seve- tras un
periodo de formación e investigación de casi diez años, ve materializado su
proyecto y abre las puertas de su fábrica de cerveza artesana - Sevebrau- con equipos de
diseño propio, la que vendría a ser la primera fábrica como tal de cerveza
artesana de Extremadura. Ello, unido a sus conocimientos y al entusiasmo con el
que enfoca su pasión cervecera, ha hecho que se convierta en un referente para
los cerveceros extremeños. Su buen hacer se vio reconocido en 2014 con la
medalla de bronce del campeonato internacional de Shangai a su "Seve-Boris EX 1 IPA", colaboración con Boris de Mesones oel primer premio de la Feria de la Cerveza de Cáceres en 2014 para su Abril. Actualmente elabora la Castúa (Pale Ale), la Gusti (Export Lager), laWeizen de trigo (Valga la redundancia), la mencionada Seve-Boris EX1IPA, The Buzzos, la Abril (de arroz de las Vegas) y la Serona (Strong Ale). Complementando a su fábrica, Seve posee una taberna (Sevebrau Tabern, claro), también en Villanueva, donde degustar todas sus cervezas.
En 2013 sale al mercado la segunda cerveza de la capital
pacense, Marwan, evocando el nombre del rebelde hispanomusulmán fundador de
Badajoz en el siglo IX y con una imagen y un diseño cuidados. Emilio y Julio
son los emprendedores que se embarcaron en esta aventura y actualmente tienen en el mercado una Pale Ale cobriza elaborada con cuatro maltas,
con toques caramelizados y cítricos, que se comercializa en botellas de 33 y 75
cl.
Y también en 2013 nace Cervezas Soto, ubicada en Barcarrota. Iniciativa empresarial llevada a cabo por Diego Hernández y que dio lugar a tres cervezas distintas: Una Golden Ale, una de trigo y otra Strong Ale. Para bautizarlas eligió nombres como Lazarillo, Alborayque y Cazzaria, que hacen referencia a los libros encontrados en la llamada Biblioteca de Barcarrota. Actualmente desconocemos si sigue elaborando y no hemos logrado contactar con él para aclararlo.
Pero si hay un año al que se le puede denominar como el de
la cerveza extremeña es el 2014. Este fue un año de auténtica y espectacular eclosión
cervecera
En marzo de 2014 nace en Plasencia Blomberg. Su nombre hace honor
a Bárbara Blomberg, amante de Carlos V que rompió en muchos sentidos los esquemas de su época. Dejando a un lado
estrategias de márketing de grandes marcas de cervezas industriales, podemos
decir que esta cerveza que elaboran Juan Antonio, Jona, Pio y Carlos en la
ribera del Jerte, dados su método de
elaboración, su filosofía y sus referencias, sí es la cerveza de Carlos V. Actualmente
elaboran la Blomberg Original (Blonde Belga con miel de las Hurdes), la Caramel
(Doble Belga), la Blomberg Blanca (Weissbier) y la cerveza ecológica Blomberg Original Bio.
En julio de 2014 de la mano de Cervecera Libre y de sus dos
promotoras, Ainara y Nora, nace la Loba, cerveza que revive – aunque con un
estilo renovado- a la loba capitolina emblemática de Mérida. Es una cerveza Pale Ale, según sus propias creadoras
“salvaje, compleja y sin complejos”, elaborada en colaboración con otras
microcervecerías con cuatro maltas y cuatro lúpulos. En no mucho tiempo quieren
sacar al mercado otras dos recetas.
A finales de julio de 2014 comenzamos nosotros con Arcadia, en Villafranca de los Barros.
Tras un periodo de elaboraciones caseras -cada vez más voluminosas, eso sí- varios
socios y amigos dimos el paso para afrontar la aventura de convertir este
proyecto en realidad. Evocando a la mítica Arcadia, a la que se refería Plinio
el viejo cuando describía las fértiles tierras de secano que se extendían entre
el Guadalquivir y el Guadiana y bajo el auspicio de la liebre de marzo (nuestro
símbolo), elaboramos con mucho cariño dos estilos de cerveza: La Arcadia Blond
Ale y la Lepus Arcadia Ipa. Con carácter estacional también elaboramos la
Arcadia Imperial (Imperial Stout) y en breve pensamos sacar al mercado una
Weizen.
En 2014 aparece La Monteña, elaborada por la Cervecera delJerte. Jana y Blas afrontan el reto de añadir a los ingredientes tradicionales
castañas del Jerte, lo que le aporta un toque claramente diferenciador sin
renunciar al método artesano de elaboración. El resultado es una cerveza con
una textura y color muy peculiares.
En 2014 nace también la Bicha Parda, en Cabeza del Buey (Badajoz), con el nombre castúa por el que se conoce en la zona a las culebras o serpientes. Concretamente, la Bicha que da nombre a esta cerveza se encuentra esculpida en forja en el pulpitillo que existe en la ermita del santuario de origen templario que existe en la localidad. Esta cerveza es una American Pale Ale, fruto de la pasión cervecera de Roberto, su promotor, y de la colaboración de Sevebrau.
A finales de 2014 nace La Piporra. Varios amigos de Aceuchal
y Lobón – Jesús, Alfonso, Sergio y Andrés- unidos por su pasión cervecera y su formación
en enología, deciden dar el paso y poner en el mercado su propia cerveza. Como
imagen tomaron la de una de las brujas que aseguran que antaño habitaron en
Aceuchal y como nombre, “La Piporra”, el gentilicio de esta localidad. En
colaboración con cervezas Arcadia, han comenzado elaborando una Belgian Pale Ale
ligera.
Cada uno de estos pequeños productores, cada uno de estos
intensos proyectos, forman parte de un proyecto colectivo más amplio y
ambicioso que día a día difunde y asienta la cultura cervecera que hace sólo
unos años – cuando parecía que no había vida más allá de las Pilsner
industriales y de cuatro marcas de importación- prácticamente ni existía.
Dicho lo dicho, parece evidente a qué nos referimos cuando
hablamos de cerveza artesana extremeña. Queda pues la puerta abierta para un
artículo futuro en el que abordemos qué NO lo es. Sería interesante analizar
ciertos casos en los que, o bien un producto de una multinacional induce a
confusión y se hace pasar por extremeña, o bien otro que – tanto en calidad,
como en cantidad o en procesos- poco pueda tener que ver con un producto
procedente de la elaboración cervecera artesana aunque se autocalifica como tal.
Pero eso, además de ser harina – o malta- de otro costal, es un tema espinoso -
lo cual no es óbice para que en un momento dado le dediquemos un post en este
blog- que no nos dejaría el buen sabor de boca que nos deja este somerísimo
repaso por el buen hacer de los cerveceros artesanos extremeños.
(Para finalizar, agradecer enormemente a todas las personas - productores y cerveceros- que tan amablemente han atendido mis cansinos requerimientos de información. También pedir disculpas si me he dejado involuntariamente a alguien en el tintero. En tal caso, para solucionarlo, basta con que se ponga en contacto con nosotros, que todo tiene solución menos la muerte o una cerveza contaminada).
Panorámica de las cervezas artesanas extremeñas (Juan Borrego). |
Chicos, gracias por este magnífico atlas de la cerveza extremeña.
ResponderEliminar¡Nos alegramos de que te guste! Un saludo cervecero
EliminarMe parece raro que no aparezca la cerveza "Legado de Yuste" porque, a pesar de que pertenece al grupo Heineken-Cruzcampo y se produce actualmente en Sevilla, ésta es una cerveza con orígenes e historia extremeña.
ResponderEliminarEl artículo me ha parecido excelente y ha servido para que abra el abanico de las cervezas extremeñas, ya que hay una cantidad de ellas que desconocía.
Saludos con dos dedos de espuma.
En realidad sí hacemos referencia a la cerveza Legado de Yuste, concretamente en la primera parte del artículo ( La larga historia de la cerveza en Extremadura) http://cervezarcadia.blogspot.com.es/2015/01/la-larga-historia-de-la-cerveza-en.html
EliminarEn esta segunda parte queríamos mencionar sólo alas cervezas Artesanas Extremeñas, como aclara el título, el cual no es el caso de Legado de Yuste. Además de tratarse de una cerveza indudablemente industrial, también dudamos de su origen extremeño, independientemente de las connotaciones que los estudios de marketing de la empresa han decidido otorgarle. Como ejemplo, recordar que en su publicidad se ofrece como la "recreación" de las recetas cerveceras que Carlos I bebía en su retiro extremeño de Yuste. Pero no hay que indagar mucho para comprobar que se trata de una cerveza de tipo Lager, estilo que surgió en el siglo XIX, que poco puede tener que ver con las Ale que bebiese el emperador en el siglo XVI. Pero además, es que los ingredientes tampoco poseen un rigor histórico que permita afirmar que esta cerveza se asemeja a la de la bodega de Carlos I. Para la elaboración Legado de Yuste se utiliza malta Viena ( Malta elaborada en Alemania y Austria desde el s.XVIII) y una variedad moderna de lúpulo híbrido como el Perle, originario de otras variedades inglesas. Por tanto, se puede concluir que esta cerveza ni es artesana, ni es extremeña, ni está basada realmente en ninguna receta de la época del emperador Carlos I, ni en su retiro de Yuste. A pesar de ello creemos oportuno mencionarla, como te dije, en la primera parte del artículo (y también en la segunda, aunque de forma implícita).
Muchas gracias por tu comentario y por seguir el blog. Un saludo cervecero.
Manolo García